1 de julio de 2011

XXX Sesión del Consejo Nacional de Seguridad Pública

Ayer el Presidente Felipe Calderón, dio arranque a la XXX Sesión del Consejo Nacional de Seguridad Pública, lo hizo acompañado del Secretario de Gobernación, José Francisco Blake Mora, Senador Manlio Fabio Beltrones, Presidente del Senado de la República, Diputado Francisco Salazar, Vicepresidente de la Cámara de Diputados, Doctor Raúl Plascencia Villanueva, Presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, Gobernadores de las entidades federativas, Secretarios de Seguridad Pública y Procuradores Generales de Justicia, integrantes del Consejo Nacional de Seguridad Pública, Maestra Lorena Martínez, Presidenta Municipal de Aguascalientes y de la Conferencia Nacional de Seguridad Pública Municipal, Señora Isabel Miranda de Wallace, Presidenta de Alto al Secuestro, Ingeniero Héctor Larios Santillán, Coordinador General del Observatorio Nacional Ciudadano de la Seguridad, la Justicia y la Legalidad.
Objetivo:
Revisión de la evolución que presenta la Estrategia Nacional de Seguridad, así como de los avances en los compromisos adquiridos en el seno del Consejo y en el marco del Acuerdo Nacional por la Seguridad, la Justicia y la Legalidad.

Puntos tratados:
·     El Gobierno Federal ha dado especial importancia a escuchar y dialogar con los representantes de la sociedad civil. Se han sostenido diálogos con asociaciones religiosas, académicos, medios de comunicación, organizaciones civiles, los distintos Poderes y  órdenes de Gobierno. Se ha dialogado con víctimas del delito en Ciudad Juárez,  Monterrey,  Chihuahua, entre otros. El jueves pasado  el Presidente Felipe Calderón lo hizo con representantes del movimiento Por un México de Paz con Justicia y Dignidad.
El diálogo ha sido un espacio para escuchar la voz de quienes han perdido un ser querido a manos de los delincuentes. Quizás ellos han sido víctimas por partida triple,  de la delincuencia, impunidad y de la indiferencia de las instituciones.
Las fuerzas de seguridad también han sufrido el embate de los criminales. Cientos de policías,  soldados, marinos, municipales, estatales o Federales han caído en el cumplimiento de su deber.
En este evento, el Presidente Calderón hizo un llamado político, apelando  al sentido humano que hay en cada uno de los integrantes del Consejo de Seguridad Pública, como seres humanos, servidores públicos, responsables de las instituciones del país, debe existir la indignación de la muerte y el sufrimiento de miles de mexicanos.
El Gobierno Federal, tiene la obligación legal, ética, humana, de responder al llamado de las víctimas y trabajar sin egoísmos y sin cálculo político en la parte que a cada uno nos corresponde.
·    Trato a víctimas, necesario que las autoridades de todos los niveles, hagan el mayor esfuerzo y  correspondiente para poner nombre y apellido a quienes han fallecido a consecuencia de la violencia criminal, preservar la memoria de las víctimas es el primer paso hacia un futuro de paz y justicia para el país.
·    Necesario saber quiénes son las personas que han fallecido, independientemente de las condiciones en las que murieron, fundamental saberlo sin importar si se trata de jóvenes que han sido reclutados por los cárteles o personas que han sido secuestradas, desaparecidas, asesinadas por criminales, o muerto en algún enfrentamiento entre delincuentes, o entre éstos y las autoridades.
·    Que el Ministerio Público competente en casos de homicidio, desarrolle diligencias para preservar la escena del crimen y facilitar así, la identificación de las víctimas.
Cada una de las personas que han perdido la vida, debe ser vista como lo que es: como un ser humano y no como una estadística.
Por eso, se celebra  enormemente el Acuerdo logrado por la Conferencia Nacional de Procuradores, y del que también se dará cuenta a este Consejo, es decir, el Protocolo para el Tratamiento e Identificación Forense.
Este instrumento servirá para que las autoridades competentes procedan a la preservación de la escena del crimen, a la recolección adecuada de las evidencias, al cuidado de la cadena de custodia y, sobre todo, a la plena identificación de cada persona fallecida.
·    Alto a la impunidad. Entre llanto, los familiares de las víctimas han descrito el suplicio que es la búsqueda de justicia en este país. Con temor de acudir a presentar denuncias ante policías o Ministerios Públicos que están o pueden estar, coludidos con los delincuentes.
·     La indignación de familiares por ser maltratados por servidores públicos que no fueron lo suficientemente sensibles o prepotentes, lenguaje retorcido, a veces incomprensible, que muchas veces asumen los abogados y los Ministerios Públicos o los jueces que terminan por liberar a criminales que son claramente culpables por razones que son  inentendibles.
·    Imprescindible romper el círculo vicioso de la impunidad, porque a más impunidad, mayores son los estímulos y los incentivos para que la criminalidad crezca.
·    Hacer un alto en el camino para preguntarnos si se está haciendo todo lo que está al alcance para combatir los delitos más comunes, los que más agravian a la ciudadanía, los más frecuentes.
·    Acuerdo para  dejar a un lado cualquier diferencia y focalizar objetivos claros y concretos para los próximos meses.
·   Reducir los delitos que más afectan cotidianamente a la ciudadanía.  Específicamente disminuir el robo de autos, robo con violencia, extorsiones en todas sus derivadas y sobre todo qué se hará para reducir el secuestro que sigue siendo uno de los delitos que más agravian y más preocupan a nuestra sociedad.
Los Gobiernos deben ganar la carrera de las oportunidades frente a los grupos de delincuentes que buscan llevarse a  nuestros jóvenes.
Se busca  redoblar el esfuerzo, brindar más y mejores oportunidades, más y mejores servicios de educación y salud,  más espacios para la cultura y el deporte y, sobre todo, generar más oportunidades de empleo entre todos.
Es obligación del Gobierno Federal reforzar los cimientos y reconstruir esta casa común, que es la Patria que será la herencia de los nuevos mexicanos. Esa reconstrucción, que implica reconstruir las instituciones de seguridad y de justicia, sólo se puede hacer de la mano de la sociedad, los mejores aliados en la labor de gobernar

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