11 de junio de 2012

Informe Mundial sobre la Violencia contra los niños y niñas


La variedad y el alcance de todas las formas de violencia contra los niños y niñas apenas ahora se están haciendo  visibles, así como la evidencia del daño que hacen.

El Informe Mundial sobre la Violencia contra niños y niñas documenta los resultados y ecomendaciones del proceso del Estudio del Secretario General de las Naciones Unidas sobre la Violencia contra los Niños. 

Está basado en el modelo del Estudio sobre el Impacto de los Conflictos Armados en los Niños, preparado por Graça Machel y presentado a la Asamblea General en 1996 y sigue los lineamientos del Informe Mundial sobre la Violencia y la Salud de la Organización Mundial de la Salud publicado en 2002.

El informe oficial ha identificado varios principios clave que están reflejados en sus recomendaciones:
• Ninguna forma de violencia contra los niños y niñas es justificable. Nunca deben recibir menos protección que los adultos.
• Toda la violencia contra los niños y niñas es prevenible. Los Estados deben invertir en políticas y
programas basados en evidencias para abordar los factores causales de la violencia contra los niños.
• Los Estados tienen la responsabilidad primordial de hacer que se respeten los derechos de la infancia a la protección y al acceso a los servicios y prestar apoyo a la capacidad de las familias para proporcionar cuidados a los niños en un entorno seguro.
• Los Estados tienen la obligación de garantizar que los que cometan actos de violencia rindan
cuentas.
• La vulnerabilidad de los niños a la violencia está relacionada con su edad y capacidad en evolución. Algunos niños, debido a su género, raza, origen étnico, discapacidad o condición social,
son especialmente vulnerables.
• Los niños y niñas tienen derecho a expresar sus opiniones y a que éstas se tengan en cuenta en la aplicación de políticas y programas.

Un punto importante es dar prioridad a la prevención, por lo que es esencial dedicar recursos a la intervención una vez se ha producido la violencia, los Estados deberían asignar recursos adecuados a abordar los factores de riesgo y prevenir la violencia antes de que ocurra. 

Las políticas y los programas deberían abordar los factores de riesgo inmediatos, como la falta de apego de los padres a los hijos, la desintegración de la familia, el uso indebido de alcohol o drogas y el acceso a armas de fuego.

Además, se deben promover valores no violentos y generar conciencia, por lo que la sociedad civil debe procurar transformar las actitudes que aceptan o consideran normal la violencia contra los niños y niñas, incluidos los papeles de género estereotipados y la discriminación, la aceptación de los castigos corporales y las prácticas tradicionales dañinas.

Es de resaltar la creación de  sistemas de denuncia y servicios accesibles y adecuados para los niños y niñas, por que los Estados deben establecer mecanismos seguros, bien publicitados, confidenciales y accesibles para los niños, sus representantes y otras personas para denunciar la violencia contra los niños.

Estas y otras recomendaciones se encuentran en este estudio, que debe ser la base para las políticas de prevención que se implementen en favor de los niños.

Pueden encontrar el informe completo en: www.crin.org/docs/Informe_Mundial_Sobre_Violencia.pdf

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